viernes, 5 de marzo de 2010

Rappel, Abseil - Reseña y autoaseguro.

Arthur Roth nos regala una excelente reseña acerca del rappel o abseil (descenso por cuerdas) en su libro EIGER. Un libro tan fascinante como la montaña que le dio nombre, el Eiger en los Alpes Suizos, y que sin duda constituye un capítulo especial en la historia de la escalada y el alpinismo.

Este libro narra las proezas realizadas por los escaladores de mediados del siglo XX, quienes se aventuraban a conquistar cimas y paredes con un equipamiento precario, técnicas primitivas apenas en desarrollo pero un increíble e inquebrantable valor y amor por la montaña, la vida y la escalada.


Quiero compartir estas líneas para ilustrar la evolución de las técnicas de descenso por cuerdas o rapel (rappel o abseil), hacer un pequeño homenaje al autor del libro y por supuesto a los autores de la historia del EIGER. No menos importante, aprovechar la ocasión para hablar del autoaseguramiento en el descenso por cuerda.


“…Una de las dificultades que presenta la escalada de las paredes verticales es la retirada por la misma vía de ascenso. A menudo resulta más fácil y menos arriesgado subir que iniciar el descenso. Con todo, un viejo método utilizado para descender de las paredes había sido adaptado con éxito en la escalada: el descenso en rappel (francés) o abseil (alemán). El montañero pasa la mitad de la cuerda por detrás del tronco de un árbol o de un saliente rocoso, de forma que los dos extremos de la soga cuelguen a la misma altura. Luego, puesto de cara a la roca, pasa la cuerda por entre las piernas, tira de ella por la espalda hasta el hombro derecho y luego se la cruza por delante en bandolera, es decir, hacia el lado izquierdo. Con la derecha, a la altura de la cabeza, sostiene la doble cuerda, y la mano izquierda la sujeta al nivel de la cadera. Luego, inclinan el cuerpo en un ángulo aproximado de cuarenta y cinco grados, se deja resbalar por el peso; la mano derecha guía la cuerda, mientras la izquierda frena el descenso. A la sazón, el escalador se va descolgando con ayuda de las piernas, que pisan y empujan regularmente, sin tirones bruscos, contra la pared.


Si se enrolla una brazada de cuerda en el muslo, puede incluso constituir una “silla” y quedar en libertad de movimientos para verificar la colocación de un pitón o para hurgar en su impedimenta. Una vez llega a una “reunión” segura puede recobrar la cuerda tirando de uno de los dos cabos y el resto seguirá por encima del punto de sujeción (árbol o saliente rocoso, pitón de roca) en lo alto de la placa. El sistema de abseil venía siendo utilizado desde hacía siglos por los leñadores de alta montaña. Un grabado del siglo XV nos muestra a uno de esos esforzados leñadores, con la cuerda enrollada en un tronco aserrado, descolgándose en un clásico abseil. En épocas aún más antiguas, en la Edad Media, los juglares y acróbatas que llegaban a un pueblo y se disponían a montar un espectáculo, trepaban a veces a lo alto de la aguja de la iglesia y se descolgaban en un espectacular rappel que dejaba boquiabiertos a los mirones…

(…)Lo más importante en un rappel es asegurarse que uno dispone de un punto de apoyo para los pies al terminarse la cuerda, de lo contrario, el “segundo método más rápido para bajar de una roca”, tal como se definido el rappel, podría convertirse en el primero.”


Como vemos el rapel, rappel o abseil ha evolucionado, los escaladores y montañistas actuales usan una técnica más segura, así como equipos especializados.


Hoy en día el rapel es una herramienta no sólo para escaladores y montañistas. Existe un gran público que se dedica a la práctica del rapel por diversión, los rescatistas y bomberos tienen en el rapel un aliado para el cumplimiento de sus funciones. La industria de la construcción y el mantenimiento se valen del rapel para acceder y posicionarse en altura y poder realizar las reparaciones y construcciones necesarias.


Sea cual sea el caso, hoy en día se usa un arnés para sujetarnos a la cuerda mediante un conector o mosquetón, regulamos la velocidad del rapel mediante un descendedor (dispositivo mecánico que funciona por fricción) e incluso se usa un autoseguro para aumentar la seguridad.


El rapel sigue siendo una maniobra sencilla pero muy peligrosa ya que los errores suelen resultar en accidentes graves o mortales. Por está razón es importante conocer los equipos y dominar la técnica antes de aventurarse en el terreno vertical.


El autoseguro es una práctica tan recomendada como poco usada por eso quiero recomendar su uso e informar acerca de algunos dispositivos que nos pueden ayudar.


El método tradicional es el uso de un nudo prusik por debajo del descendedor, atado a la pernera del arnés para evitar que el nudo se pueda introducir en el descendedor lo que provocaría un bloqueo. El prusik es un nudo sencillo y polivalente que se realiza con un cordino sobre la cuerda de descenso. Durante el descenso el escalador baja el nudo con la mano derecha mientras regula la velocidad, en caso de querer detenerse basta con dejar que el nudo se tense para quedar bloqueados y con libertad de usar las manos en las labores que sean precisas.


Existen en el mercado aparatos que nos permiten asegurar nuestros descensos. Todos funcionan, practicamente,bajo el mismo principio. Algunos bloqueadores usan levas con dientes puntiagudos que se clavan en la cuerda bloqueándola y otros usan levas que bloquean al presionar la cuerda.


Los bloqueadores dentados son más agresivos con la cuerda pero más eficientes sobre cuerdas mojadas, cubiertas de barro o heladas. Los bloqueadores de leva son más fáciles de desbloquear y menos agresivos con la cuerda pero deslizan más fácilmente sobre cuerdas muy delgadas, mojadas, embarradas o heladas.


Petzl SHUNT, conocido como pato, es un bloqueador que nos permite trabajar con una o dos cuerdas entre 8 y 13mm. El aparato posee un gatillo que debemos halar para poder pasar la(s) cuerda(s) dentro del bloqueador. Al soltar el gatillo este vuelve automáticamente a posición. El gatillo posee un orificio en el cual introducimos el mosquetón y lo unimos a nuestro arnés (preferiblemente por debajo del descendedor). Es importante verificar que el bloqueador no interfiera con el descendedor.

Si no manipulamos el shunt este bloqueará la cuerda, así que para descender debemos presionar suavemente la leva para que la(s) cuerda(s) deslice por el interior. En caso de emergencia o querer detenernos, basta con soltar el shunt y este se bloquea permitiéndonos libertad de usar las manos sin riesgo de caída o descenso descontrolado.


Petzl ASCENSION, comúnmente llamado “yumar”, es un bloqueador con leva dentada muy eficiente (existe una versión sin empuñadura llamada BASIC). Este dispositivo posee un gatillo que permite pasar la cuerda y asegurarla dentro del dispositivo, al hacer presión hacia abajo la cuerda queda pisada por la leva y no es posible descender.

Para descender se debe manipular levemente el gatillo para permitir que la cuerda pase libre por el aparato, permitiendo el descenso. Cuando deseamos detenernos o se presenta un inconveniente, simplemente soltamos el bloqueador y se detendrá el descenso.

El ascensión y Basic sólo funcionan con cuerda simple y acepta diámetros de 8 hasta 13mm. El yumar es usado principalmente para el ascenso por cuerdas pero puede servirnos para asegurar nuestros descensos y aumentar así nuestra seguridad.


Petzl MICROCENDER, es un bloqueador muy compacto y polivalente, trabaja con una sola cuerda (simple) y acepta diámetros entre 9 y 13mm. Este dispositivo requiere que se desmonte la leva (retirando un pasador) para poder instalar la cuerda. Una vez pasada la cuerda por el bloqueador se coloca el pasador y el sistema esta activo. Al igual que los demás bloqueadores requiere que el usuario lo manipule para poder descender y en caso de soltarlo este bloquea automáticamente el descenso.


Existe una versión de mayor tamaño y robustez llamado RESCUCENDER que funciona de la misma forma. Ambos dispositivos pueden servirnos para segurar los descensos así como para remontar por la cuerda.


El objetivo de estas líneas no es ahondar ni desarrollar las técnicas de autoseguro, sino informar acerca de lo conveniente que estas resultan y algunas opciones que existen para una práctica más segura.






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